El arte...Oh, el arte!!

Ya la presentación llevaba media hora y la gente aun no paraba de gritar:

- Suelo!!!! suelooooooooooooooooooo!!!!

- ¡Que verguenza!-decía una amiga al lado- en este país no estamos listos para espectáculos como este.

Al lado la secundaron, yo me pusé a pensar:

¿No sería mejor que el arte fuera tan disfrutable y cautivante que no existiera posibilidad de distraerse?. Claro que no siempre es así, tan digerible; pero en espectáculos masivos donde precisamente la idea es atraer la atención del público hacia el arte, ¿porqué no darles algo que entiendan, algo que disfruten?, algo de donde no salgan pensando: "que vara mas rara... o seré muy tonto?", o comentando "que bueno el arte, lastima que no entendí nada, pero así es el arte".

¿Y qué me dicen de la solemnidad que muchos "conocedores" mantienen ante lo ininteligible... esa mueca de sabiduría, esa ceja levantada por pura arrogancia, esa risa forzada al entender un chiste que nadie entendió (aunque de haberlo entendido ni gracia les haría)?

Esta actitud es la que ha elevado al arte a una posición cuasi-religiosa, tan lejana, tan mística para entenderse y más aun de practicarse.

- Suelo, suelo, sueelooooo¡ - gritaba un niño con voz de tener apenás unos cinco años-

La atención que para ese momento no había logrado captar la presentación en el lago, la recibió este pequeño; todo el mundo soltó la risa.

- Ya es demasiado- dije yo- mejor vamos por una birra.

Todos; hasta quienes se quejaban de la "incultura" costarricense, me secundaron.